Reseña: «The Theory Of Molecular Inheritance» de Arena (2022)

Reseña: «The Theory Of Molecular Inheritance» de Arena (2022)

Por: Marcos Emiliano Mosqueda Romero

Arena es una de esas bandas que todo fanático acérrimo de la música progresiva ha escuchado nombrar al menos una vez, especialmente cuando se habla de Neo-Prog (aquella vertiente que con canciones más directas y cortas revitalizó la escena inglesa a principios de los años ochenta). Y es que es una agrupación cuyo origen mismo está ligado a este subgénero progresivo, pues su líder y fundador Clive Nolan también resulta ser el tecladista de otro proyecto icónico de nombre Pendragon.

Lo cierto es que durante sus más de 25 años de carrera, Arena ha creado obras que son referenciadas como clásicos contemporáneos, conformando una significativa base de seguidores en el camino.

Este 2022 la banda inglesa presenta su nuevo álbum de estudio titulado The Theory Of Molecular Inheritance, una colección de 11 canciones y casi una hora de duración que con Nolan en teclados y coros, Damian Wilson en la voz, Mick Pointer (ex Marillion) en la batería, John Mitchell en las guitarras, y Kylan Amos en el bajo, ofrece un conjunto de composiciones memorables que serán del deleite tanto de viejos como de nuevos seguidores.

Todo comienza con Time Capsule y un inicio fuerte con mucha presencia que de inmediato establece un tono épico y emotivo. El dinamismo vocal de Wilson (quien entró a Arena en 2020) se roba la atención con una ejecución versátil que maneja tonos agudos a la perfección. Los teclados, bajo y piano tienen una gran presencia en el diseño general del tema, creando texturas elegantes que acompañan en segundo plano. La virtud de la composición destaca con un coro melódico asimilable y memorable que marca la línea a seguir para el resto del álbum.

The Equation (The Science Of Magic) inicia con unas notas de piano y la voz serena con una carga expresiva que inevitablemente conmueve. El riff de guitarra entra con un patrón rítmico irregular y llamativo que brilla gracias a la batería y su creativo uso de platillos. Nuevamente el coro es compacto y atractivo, entrando rápidamente en la mente del oyente gracias a un poderoso performance vocal y a un enigmático sonido de teclado que destaca especialmente en la parte final.

Twenty One Grams inicia con un latido de corazón (podemos asumir que el titulo está inspirado en el peso real que tiene este vital órgano humano); una línea de bajo y patrón de tombs en batería abren con sutileza una canción que casi de inmediato despliega su coro. Es imposible no volver a destacar la entrega vocal de Wilson, ya que le inyecta emoción y vitalidad en todo momento. El break instrumental presenta un riff de guitarra que se acompaña del teclado creando un pasaje que eleva el sentimiento general hasta cerrar en un punto alto en el que la distorsión y las pausas marcan la salida perfecta para una pieza suave y dulce, con todo el sentido positivo de ambas palabras.

Confession se siente como una transición debido a su serenidad contemplativa que sede el protagonismo a la voz, gentilmente endulzada por las notas de piano que fluyen con total sentimiento. Es un tema corto que marca una especie de respiro que acaricia al oyente y brinda un aire de ternura antes de continuar.

The Heiligenstadt Legacy irrumpe con un piano melancólico y una bella voz que se funden en un abrazo ante el cual es difícil permanecer ecuánime. Un sutil sonido de violines al fondo ayuda a acrecentar la emoción antes de la explosión guiada por la ya mencionada exhibición vocal. Un track que oscila entre la calma, la belleza y la fuerza, respaldándose de nueva cuenta en un coro cargado de matices que evolucionan progresivamente aumentando la intensidad.

Field Of Sinners se presenta con un arpegio de guitarra y una introducción vocal que fluye casi místicamente, apoyada en los efectos que provee el teclado. Se aprecia la dupla que la batería y el bajo forman para ofrecer una base rítmica que sostiene el desarrollo con gran éxito. El pasaje instrumental presenta otra interesante interacción entre la guitarra y los teclados, que para este punto se siente tan natural como la primera vez que fue presentada y no pierde un ápice de efectividad. El solo se ejecuta sobre un doble bombo que es agradable disfrutar pese a su corta y esporádica presencia.

Pure Of Heart construye un inicio atmosférico y sensible que da paso a un riff enérgico y demoledor que fluye con gran presencia, manteniendo su fuerza en todo momento. Es de reiterar lo efectivo y directo que es el coro, emergiendo orgánicamente de la distorsión y las capas sonoras cortesía de los teclados y batería. Hay un pequeño pasaje que regresa a la intención contemplativa del comienzo solo para ser interrumpida por la distorsión y vitalidad del riff inicial, que sigue su marcha hasta el final.

Under The Microscope es introducida con una guitarra cálida y una voz arropadora suavemente cobijada por elegantes figuras de bajo. A medio tiempo se presenta otro coro sólido que súbitamente pasa a una sección trepidante de riffs y teclados, antesala de un solo de guitarra que aporta el elemento expresivo faltante y que eleva emocional y enérgicamente el cierre.  

Integration es otro tema calmo marcado por el piano y la voz integrándose con toda tranquilidad, hasta que la paz se irrumpe con un solo de teclado fragante y explosivo que toma el liderazgo. Es el track idóneo para apreciar la ya mencionada combinación del teclado con la guitarra y la magistral dupla que ambos conforman para hilar largas y alucinantes secciones progresivas instrumentales.

Part Of You sorprende al trasgredir lo hasta ese momento establecido con violines y chelos acompañando a la voz e inyectando una nueva capa de musicalidad que destaca con naturalidad hasta dar paso a un riff machacante que descansa en un doble bombo pulsante y demoledor que acompaña al coro. Es una canción elegante que ofrece una riqueza instrumental, combinando la fuerza de las guitarras y batería con la belleza del ensamble de cuerdas.

Life Goes On cierra el álbum con el piano, bajo y voz en su punto más alto, conformando una sección introductoria que ya ha sido presentada con anterioridad, pero no pierde su toque. El pulso vibrante se ejecuta a un medio tiempo que ayuda a elevar el feeling exitosamente, mientras que el solo de guitarra (tal vez el más emotivo de toda la obra) decora una sección vocal que golpea una última ocasión con toda su intención memorable y expresiva.

The Theory Of Molecular Inheritance es un gran álbum de Neo-Progresivo que muestra a Arena en un gran momento musical como banda, siendo el enfoque compositivo la mayor de sus muchas virtudes. Las canciones son compactas, efectivas y llamativas, ofreciendo elementos que si bien son comunes en los once tracks que conforman esta colección, nunca se sienten repetitivos o aburridos, por el contrario, van adquiriendo un dinamismo particular que hace que cada tema destaque tanto de forma individual como conjunta.

La ejecución vocal es absolutamente bella, emotiva, poderosa y versátil, fungiendo como el corazón que inyecta fuerza y emoción a cada una de las piezas, logrando crear coros de gran manufactura que son directos, pegajosos y llegadores sin perder su capacidad expresiva y su dimensión progresiva.

Las guitarra, bajo, batería y teclado también brillan con una ejecución marcada por el virtuosísimo y la sensibilidad, todo sustentado en una gran producción que da como resultado un paisaje sonoro que oscila entre lo fuerte, lo emotivo y lo elegante, siendo además un digno representante de todos los elementos que dotan de identidad al Neo-Prog.

Totalmente recomendable para los oyentes curiosos que nunca han escuchado la propuesta de Arena con anterioridad, pues funciona como una gran puerta de entrada a su música y permite apreciar la calidad que durante tanto tiempo ha cimentado su reputación en el panorama progresivo internacional.  

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