Reseña: «Ceremonia II» de Bizirik

Reseña “Ceremonia II” (2021) – Bizirik

Diego Flores López

Lanzado el 27 de Julio de 2021

Grabado entre Noviembre de 2019 y Noviembre de 2020, en Rancagua, Santiago (Chile), Los Angeles (USA), Leszno (Polonia) y Cuidad de México (México), mezclado y masterizado en Rancagua por Bizirik.

“2020, el reciente despertar de la insurgencia del vulgo, dormida hace décadas en el olvido de la historia y ahora tildada de tropel alienígena, cae prisionero del último experimento generacional capitalista: un crudo matadero imperial, avalado por los beligerantes vinagres de siempre. Los tropelistas del control y la reclusión domiciliaria de una pandemia inoportuna, confabularon también contra oteros vagabundos, errantes de rabia, que sin embargo sobrevivieron con su arte insurgente e interestelar. Concilios concertados, divagaciones aparentes con sentidos ocultos, colaboraciones, liberaciones, no fueron asuntos de droga ni simple distensión. Fueron un ritual, una Ceremonia…”

Bizirik

Autopoietican - Apuntes de Musica Progresiva Contemporanea: La segunda  ceremonia progresivamente alienígena de BIZIRIK

Los inicios con Ceremonia I

Ceremonia II es la continuación de una empresa iniciada en septiembre del 2018, bajo el título de Ceremonia por parte de Bizirik, proyecto del destacado bajista y stickista chileno Cristián Larrondo, miembro de las histórica banda de rock progresivo “Mar de Robles” y actualmente de “Abrete Gandul. En dicho proyecto, se nos presenta un viaje instrumental que buscan expresar la intrínseca relación que el ser humano tiene con el universo desde los antepasados; a partir de los cuales ha existido una conexión casi mística bajo la sombra de la atemporalidad, donde lo infinito de lo externo termina por llevarnos a un viaje introspectivo y desde el cual terminamos por enfrentar nuestras emociones, temores y raciocinio, bajo el alero de la música que, cual nave protectora, nos moviliza en este viaje eterno que instaura nuevas ceremonias.

Así, la conceptualización de base de Ceremonia I implica disponer de nuestros sentidos y espíritu para experimentar un viaje donde somos llevados hacia algunas de las expresiones de opresión y dolor por parte del ser humano; mediante líneas melódicas misteriosas, tenues y con paisajes musicales que proyectan emociones egodistónicas y que, en cierta medida, tenemos reprimidas en nuestro aparato inconsciente. Es una invitación a revivir una memoria histórica impresa en nuestras mentes cuya atmósfera de aflicción es manifestada de forma insidiosa en cada acto mundano que hacemos. Dicho sentido de opresión es, por ende, productora de muchas manifestaciones de poder y opresión en el mundo. En síntesis, en Ceremonia I somos adentrados hacia este conjunto de experiencias creadas por Cristián Larrondo, donde lo psychedelic, lo space-rock y, por supuesto, la excelsa puesta en escena de un chapman-stick que estructura el álbum de manera grandiosa; son los que ensalzan esta obra y nos dan la antesala de una experiencia aún más profunda e introspectiva: Ceremonia II.

Luego de poner un contexto que supone ser determinante para la comprensión integral del presente álbum, el oyente puede mejorar su experiencia escuchando esta obra, la cual da inicio con un Matadero Imperial. Una especie de continuación sonora de “Sistema Viable” de Ceremonia I, donde la atmósfera misteriosa y unos sintetizadores profundos recorren el paisaje sonoro con el complemento de sonidos ambientales de lluvia, de un pájaro trinando , y el eco de un noticiero central. Se plasma la cotidianidad y mundanidad que luego trasciende hacia una órbita sonora exquisita: donde de fondo tenemos un sintetizador ejecutado notas en forma de bucle, la ejecución del chapman-stick que en conjunto con la guitarra y la batería generan una estructura rítmica poderosa y adictiva. Bastante Crimsoniana. El ritmo es lento, lo que permite desarrollar las líneas melódicas de manera más “pastosa” y con mayor predisposición a quedar pegadas en nuestras mentes. De esta manera, se desarrolla la canción con distintos juegos entre los riffs alargados en el tempo por parte de la guitarra, y con las notas graves retumbando el espíritu; despertándolo para el inicio de una nueva Ceremonia que está pronta a comenzar. Para el final, la guitarra adopta una distorsión aguda y chirriante, cuyo sonido bordea lo ruidoso; el cual contrasta con el inmediato sonido de unas pisadas de pasto que tenemos en el inicio del siguiente tema: Vagabundo Otero. Una verdadera representación de un ritual sonoro. Un ritual a la música, a la experimentación y a la creatividad plasmadas en varias capas de sonidos: en primer lugar, tenemos una guitarra con oscilaciones en su frecuencia, lo cual da un sonido más rústico y folclórico; luego, una línea de bajo que se mantiene constante la cual se complementa con percusiones sutiles y unos armónicos de guitarra que refrescan la estructura musical generada.

Seguimos con Tropel Alienígena. Uno de los temas más destacados del álbum, el cual parte con sonidos de fondo semejantes a una protesta ciudadana, que luego se traduce en la ejecución de una línea melódica hecha por el chapman-stick que es acompañada por un bombo que genera una rítmica andina y bien idiosincrática que de pronto pasa a un espectáculo de polirritmia y virtuosismo que, ejecutado de manera notable, demuestra una de los pasajes musicales del álbum donde más feeling se logra. Luego volvemos al ritmo más andino y folclórico, siempre al son del instrumento principal, quien se encarga de graves y agudos de manera simultánea. El tema finaliza nuevamente con un apartado metal prog espectacular y muy bien logrado.

Vulgoinsurgencia es el siguiente tema, y, al igual que el anterior, persigue imprimir la identidad andina y ancestral de esta parte del mundo. Lo hace con la integración de componentes psicodélicos potentes mediante la guitarra eléctrica que tiene se apropia del paisaje sonoro de la canción para que, en compañía de un sintetizador versátil, y de una rítmica cada vez más  intensa, genera melodías profundas. De a poco, el sintetizador toma un espacio cada vez más amplio y profundo, añadiendo texturas interesantes a la canción mediante melodías repetitivas al fiel estilo del ambient y space rock. Es llamativa la transición entre un instrumento y otro, o la desaparición paulatina de un sonido mientras otros se mantienen o bien se potencian. El principio de continuidad inherente a nuestra percepción humana hace que deseemos escuchar dichas melodías repetitivas de forma constante, lo que hace de este tema una experiencia interesante de percibir. Tenemos un pequeño interludio donde hay una ambientación mediante sonidos rutinarios como los automóviles de fondo y el diálogo de una teleserie cualquiera, que reflejan la cotidianeidad de un encierro desesperante y tan ajeno a la naturaleza móvil y sociable del ser humano. Todo atmosferizado con sonidos generados por sintetizadores.

Beligerantes Vinagres es un retorno a la parte más prog metal de esta experiencia, donde los instrumentos predominantes del género se vuelven protagonistas absolutos. La intensidad y potencias son los motores de este tema, donde la emoción que genuinamente emerge es la rabia, pues con ayuda del texto de presentación del álbum, entendemos que aquellos que concentran el poder y subyugan al ser humano bajo el sistema capitalista actual, son los beligerantes vinagres hacia los cuales se dirige dicha rabia. Musicalmente, el sonido se destaca por tener una batería que dirige todo el grupo, mediante rítmicas con predominio de la caja y el bombo, imbuido en un éxtasis que le lleva a tener momentos de quiebres magníficos y brutales. En cuanto a los instrumentos de cuerda, estos persiguen una línea melódica constante, donde si bien predomina el riff intenso y pesado, siempre dejan espacio para los momentos más introspectivos y de notas más alargadas. Un tema que te despierta, y que se encuentra justo en el punto central y climax de esta Ceremonia, donde alcanzamos el punto más elevado en intensidad.

A continuación, tenemos a Generación Experimental. Un momento más calmo dentro del álbum donde el chapman.stick es el protagonista; mediante la digitación de elocuente y solemne de las cuerdas que transitan entre los sonidos más agudos hasta las más graves; configurando un paisaje espectacular y que evidencia su gran capacidad compositiva y de interpretación. Casi tres minutos de generación experimental.

Reclusión Domiciliaria es el tema más largo de este álbum, con un poco más de 9 minutos de duración. Con un inicio misterioso, donde predominan sonidos vinculados a las cuerdas de una guitarra eléctrica cautivadora y atmosferizante. De a poco, se incluyen sonidos sintéticos similares a los que oímos en el primer tema de este álbum; con la inclusión de voces de fondo que expresan relatos asociados a voces que cuentan diversas vivencias; como el eco de los relatos que quedarán guardadas en el aire de una pandemia que pareciera extenderse cada vez más y que restringe nuestra libertad humana. El encierro pareciera ser asfixiante, como si cada pensamiento se extendiera hacia el plano perceptivo, de tal manera que los puedo oír. Esta represión de mis estados emocionales en cuarentena no pueden ser contenidos por siempre; y así se plasma en este tema en donde de manera incipiente emerge una poderosa digitación al unísono en Do que luego decanta el en melodías suaves para su término.

Seguimos avanzando en esta Ceremonia, donde hemos tenido la experiencia de distintos fenómenos sonoros, ambientales y, por ende, emocionales y de percepciones; las cuales nos han invitado a dirigir nuestro foco hacia lo interno. En este tenor seguimos con Tropelista, el cual comienza con notas en bajo de manera misteriosa y que posteriormente decantan en melodías en guitarra sincopadas, dando atisbos de un rock progresivo al estilo más psicodélico de Pink Floyd, pero con el eclecticismo de un King Crimson sobrio y complejo en su comprensión de las estructuras musicales que entrelaza. El tema finaliza con líneas melódicas al unísono realizadas de forma notable.

Concilio Concertado es un tema bastante más cristalino y brillante que sus precedentes, pues cuenta con una guitarra acústica y una flauta traversa que hermosean la canción y le otorgan serenidad a esta. Una exploración hacia la parte más sensible de la experiencia humana, donde la belleza de existir pervive pese a las condiciones desfavorables del entorno y de lo que generacionalmente se ha perpetuado. Tres minutos de un bálsamo que renueva las energías de cara al final de esta experiencia.

Finalizamos con Ceremonia. El fin de este viaje de un poco menos de una hora donde experimentamos las diversas caras de la actualidad. Bajo esta inspiración creativa, este tema incluye una amalgama de todas las aristas que formaron parte de este álbum. Vale decir, una introducción minimalista y ambient, donde los sintetizadores y guitarra eléctrica generan un ambiente calmo y donde el champan-stick de a poco toma mayor protagonismo, con las ya conocidas líneas de bajo espectaculares. Luego, tenemos espacios donde lo progresivo predomina, con el ya acostumbrado aroma Crimsoniano; la inclusión de los ritmos étnicos y andinos, sobre los cuales adornan con estructuras melódicas interesantes con la inclusión breve de instrumentos étnicos; para luego finalizar con un interludio instrumental donde lo técnico excede y se conjugan de manera notable los instrumentos participantes.

Así, se da por cerrada la segunda parte de esta trilogía “Ceremonia II”. Un verdadero viaje musical introspectivo y sensible, donde esta ceremonia en particular nos invita a ser conscientes de los vestigios que el contexto actual de pandemia y de injusticias a nivel social, político y económico que quedan en nuestras mentes. Sin duda alguna que es un desafío extrapolar algo tan ambiguo y subjetivo como la inspiración que un artista tiene, hacia algo material y objetivo como lo son los temas creados; y lograr una continuidad en ellos y que se transmita el espíritu de aquello que buscaba expresar. En este sentido, Cristián Larrondo (Bizirik) logra hacerlo de manera solemne; sin abandonar el virtuosismo, la técnica y la capacidad en tanto compositor e intérprete, sobretodo del chapman stick que utiliza y que lo hace tan característico. En definitiva, un álbum que nos remueve e invita a ser parte de estas ceremonias o momentos de conciencia que tenemos entre cada uno de estos eventos mencionados en un inicio (conexión con el universo, lo esencial, y la comprensión de cómo el sistema social actual genera mecanismos de opresión que limita un redescubrimiento de estos asuntos). Posiblemente, uno de los álbumes más destacados de los últimos tiempos en la escena nacional chilena, y -a título personal- de lo mejor que tenemos en el año en la escena progresiva.

Tracklist:

1. Matadero Imperial 05:20

2. Vagabundo Otero 01:50

3. Tropel Alienígena 04:35

4. Vulgoinsurgencia 07:31

5. Asunto de Drogas 01:09

6. Beligerantes Vinagres 04:36

7. Generación Experimental 02:34

8. Reclusión Domiciliaria 09:18

9. Tropelista 05:48

10. Concilio Concertado 03:04

11. Ceremonia 07:04

Acá lo puedes escuchar y comprar digitalmente:

https://bizirik.bandcamp.com/album/ceremonia-ii

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