El tercer álbum homónimo y el primer gran clásico de Los Jaivas, conocido coloquialmente como “El indio” por su icónica portada es el parteaguas en la carrera de los chilenos, es el disco que los llevó a otros niveles de grandeza y que cimento su creciente carrera, lanzado en 1975.
El indio es un hito del rock chileno, muestra la fusión de diferentes sonidos originarios, como el punto cubano, la cueca chilena o el malambo argentino, es pura maestría musical aunada a las liricas emotivas nostálgicas, reflejo de la opresión de la época, que primordialmente motivaron a la escritura de algunas canciones, tiene esa dualidad que maneja la alegría y la tristeza provocado estos sentimientos por el auto exilio en Argentina.
De un estado optimista y enérgico es el track que abre el álbum, “Pregon para iluminarse” es un canto a la felicidad que inicia con la melodía desde una flauta dulce. El ritmo es carismático e influenciado por la danza “Malambo” un tipo de danza argentina con mucho movimiento que se fusiona con las guitarras eléctricas, el piano y un arpa que acompaña de fondo y le da aún más brillo y color al ya alegre tema.
La letra la escribió el gran Gato Alquinta mientras viajaba en tren, tomando de inspiración los pregones de los vendedores en la calle, en resumen es una plegaria a la paz y la armonía, un tema recurrente durante “El Indio”.
Es un hecho que el exilio en Argentina les daría nuevos bríos y motivos nuevos de composición, el folklor latinoamericano está impregnado por todas partes, y claro existía esa nostalgia por Chile, la tierra que los vio nacer estaba en tiempos de dictadura, alejados de ella y conociendo los abusos a los derechos humanos, la magnitud del dolor de su pueblo los llevó a crear temas icónicos.
La guajira cósmica es una bella composición de ritmo sabroso, influenciado por el Punto Cubano o la Guajira; la guitarra acústica de apertura tiene una atmosfera clásica y ya entrando en el desarrollo los teclados de Claudio Parra tienen una leve distorsión que le da una dimensión diferente al tema, aunado a las diversas percusiones. La voz del Gato llega a un punto esplendoroso. Líricamente expone la relación entre el humano, la naturaleza y la divinidad, desde un punto de vista latinoamericano de las viejas civilizaciones.
El sol le dijo a los hombres
Cuiden bien de mi tesoro
No confundan con el oro
Mi ley de tanta pureza
Ni con todas las riquezas
El tercer tema es el clásico de clásicos, un himno nostálgico y lleno de sensibilidad, “La Conquistada” es el hito de Los Jaivas, una canción fundamental en su carrera, pieza musical de alta calidad en la ejecución y llena de sentimentalismo. Es un vaivén de emociones dentro de un ritmo llamado Cueca lenta, Los Jaivas le dan distintos matices a la misma composición. Es desgarradora y describe la añoranza hacia su sangrante Chile, al menos ese es un acercamiento de la ambigua y estupenda letra.
La canción nació de las armonías musicales que el baterista Gabriel Parra ejecutó en un piano, de ahí desarrollaron el tema mientras que el Gato compuso las líneas melódicas y la letra es un poema previamente escrito por el tecladista Eduardo Parra, quien literalmente nos vuela la peluca y nos toca el alma con ese virtuosismo que explaya en el instrumento de las teclas.
A pesar de su ritmo lento con distintos cambios y es una pieza de gran complejidad, el solo de guitarra es uno de los más recordados, la sublime ejecución del Gato Alquinta quedo para la historia, es de esos temas que te erizan la piel. A la letra se le han dado diversas interpretaciones, la más aceptada es la llamada referencia a la ciudad de Santiago, habla de la nostalgia hacia su país y el sufrimiento de su pueblo, aunque claro se le pueden dar otras interpretaciones, quizás un desamor, la ida de alguien importante, sea cual fuese la idea de Parra, cualquiera puede sentirse identificado con tan hermoso tema, climático, melódico, virtuoso y sensible, se desgarra la voz, es un canto a la añoranza.
La hermandad y el optimismo regresa con “Un mar de gente”, una guitarra solemne acompañada de los instrumentos de viento que dan inicio a un poema musicalizado. Un tema que enmarca la faceta de congregación y unión del pueblo que incluso podemos escuchar los gritos del pueblo, es un ritual que te pide a llantos bailar, las percusiones son un punto esencial en la llevadera melodía y sí este tema es folclórico “Un día tus días” es aún más, alegría desbordada y sones impecables.
Tarka y Ocarina es el track grandilocuente y épico del álbum, de condición instrumental dividida en tres secciones, es la declaración contundente de la maestría musical de estos chilenos, tejen y entretejen una madeja melódica, con arpegios y escalas asombrosas, además de contar con el riff más rockero y distorsionado, este es con el que parte la odisea instrumental.
La tarka es un instrumento de viento originario de Sudamérica, es una flauta de madera con seis orificios que alcanza hasta dos octavas, usada usualmente en la música popular de la región andina. Mientras que la ocarina también es un instrumento de viento, pero en forma de ovoide, los dos instrumentos son parte de la composición y un símbolo inherente de sus raíces, quizás un tributo a la música originaria sin embargo combinada con los estridentes sonidos del rock, las percusiones sólidas y jazzeras.
Eduardo Parra es imparable, un octopus en un caos ordenado que revienta tus oídos magistralmente, le acompaña en una sección el bajo de Julio Anderson que sigue la subida y bajada de la escala tocando las tónicas dimensionando el sonido, sin duda es un tema con el estilo “jaiva”, es el momento cumbre donde se denota la significación de su sonido, un sello clave que daría paso a su obra cumbre “Alturas de Machu Picchu”.
Es un ejercicio étnico, originario, clásico, climático y soberbio en la ejecución de todos los integrantes, no olvidar que alrededor del minuto 7 tenemos un break de batería maravillosa, tocando la rítmica base aunada a una serie de redobles y remates ensordecedores.
Es un disco declaratorio de su ascendente carrera, son músicos superdotados que además de tener la habilidad pulcra y el virtuosísimo en sus instrumentos, crean atmosferas y sonidos que llegan al alma, no se alejan de la sensibilidad y nos evocan memorias del pasado, por muchos considerado el precedente más notorio antes de “Alturas de Machu Picchu”.
Nación Progresiva 