Reseña: «The Century of the Self» de Airbag , “Estallidos repentinos en un mar de nostalgia. Las dos caras de la banda Noruega en un perfecto balance (2024 )

Escritor: Patricio Benítez

Airbag no es una banda advenediza para nosotros los nostálgicos del progresivo de los 70’s, más bien todo lo contrario. Este brillante proyecto iniciado en Oslo, Noruega por allá en los 90’s (pero recién soltaron su disco debut en el año 2009) se caracteriza por recoger todo lo mejor del progresivo setentero y mezclarlo con sonoridades más modernas, chill y atmosféricas, logrando así construcciones envolventes y enriquecidas de progresivo melancólico, profundamente introspectivo.Airbag es, en esencia, un power trío (no confundir con el trío argentino de pop-rock que lleva el mismo nombre), formado actualmente por los tres pilares fundamentales que hacen a la personalidad del grupo hace más o menos unos quince años.

El guitarrista Bjørn Riis, muy reconocido por su mágica sonoridad inspirada en David Gilmour, así como por unos discos solistas muy inspirados. Junto a él están, Asle Tostrup en las voces y Henrik Fossum en la batería, y al igual que siempre, excelentes músicos de sesión en bajo y teclados. Kristian Hultgren, ya los había acompañado como bajista en su disco del 2020 “A Day at the Beach”.Con este disco, la banda aporta una dosis de potencia y agresividad que no había sido expresada anteriormente, o al menos no de esta manera.

En muchos momentos, estas canciones se sienten punzantes y catárticas, abordando entre toda la melancolía temas políticos como la censura y la demagogía. Podemos encontrar diversos estallidos salpicados a lo largo de estas largas e incesantes composiciones que contrastan a la perfección con su latente e hipnótica naturaleza, pudiendo generar una conexión emocional con el oyente muy intensa.Este es uno de esos LP que tiene cauces, cruces, cascadas, valles y crestas por doquier.

Momentos de lo más variopintos que se dan como pequeñas epifanías en la inmensidad de un mar de sonidos electrónicos, pads y guitarras atmosféricas. Aquí se notan especialmente las influencias de Porcupine Tree/Steven Wilson, o Kraftwerk, con una producción muy bien lograda y con la voz de Asle Tostrup, directa, centrada y cautivante. La incursión en el post-rock también es bastante notoria, con los trémolos infinitos de guitarra y las secciones largas de build-up que componen a estos temas épicos y slow-burner.Con “Dysphoria” el grupo nos presenta un increíble riff on-repeat en Si menor junto a un groove suave que se va desarrollando durante casi once minutos.

Cuando pensamos que la genuina voz de Tostrup se quedaba esteril con la consonancia de los versos llega un estribillo espectacular a derribar todas nuestras expectativas; dotando así a la canción de una hiperactividad innegable que no para de desarrollarse hasta el clímax final repleto de guitarras distorsionadas y ese cántico que nos reprocha “Who do you feel you are today?”“Tyrants and Kings” se ve reflejada con Machines and Men, de su anterior disco. Una base rítmica que apela al post-punk repiquetea y nos llena de tensiones, mientras nuestro cantante despotrica en contra de las instituciones, como hace el documental “The Century of the Self”, de Adam Curtis. Esta es una canción que busca la emancipación y en su tono combativo se encuentra claramente reflejada una esperanza lejana, expresada en un bellísimo coro y un solo de guitarra final que brilla como un sol naciente.

Pasamos a lo acústico con “Awakening”, que por cierto, es uno de los singles que ya está disponible para la escucha. Se nos presenta una canción mucho más suave, que nos revive al Airbag de los primeros discos, se nutre mucho de las atmósferas, los secuenciadores y claramente la guitarra Gilmouresca. No tiene clímaxes tan marcados y es más bien una suave transición repleta de belleza y armonía, cortando bastante con el tono denso y oscuro que el disco acarrea consigo.

“Erase” es una canción fuerte, con un Airbag en plena protesta contra la cultura de la cancelación, un grito de guerra expresado con una canción de post-metal, que podría perfectamente ser la más pesada que ha hecho la banda en toda su carrera. Desde la línea de bajo hasta la distorsión generalizada que va tomando control de la mezcla, tenemos una composición que en su respiración ígnea nos conmueve y emociona. Es bueno escuchar a Bjorn romper un solo como el del último minuto de este tema, que se escapa de su calmo y reflexivo estilo clásico.Y para el final, como suele ser costumbre con Airbag (¡Y con un montón de bandas de prog!), nos dejan un epic de quince minutos, multifacético y sublime en el sentido más Kantiano de la palabra. “Tear it Down” es una verdadera experiencia de esas que se sienten más allá del análisis racional; luces apagadas y la absoluta trascendencia.

Desde el minimalismo puro se empiezan a apilar las capas: empieza la batería, luego el synth 1, las voces, synth 2, de la nada aparecen otros sonidos atmosféricos, guitarra, todo de forma progresiva, poco a poco, generando una solemne sensación de inmersión. Por supuesto que no es mi intención spoilear el llameante carácter de la canción, pero no puedo dejar de destacar la intensidad desatada de ese estribillo repleto de distorsión armónica, con esos riffs rítmicos, que incluso me llegan a recordar a Opeth.La inspiración de Steven Wilson se siente sobre todo en esta última canción, repleta de cambios e innovaciones, con una producción extremadamente nítida y acorde. Y ni hablar las secciones más progresivas; tenemos un solo de teclado impresionante (y créanme cuando lo digo, casi inexplicable, nunca había escuchado un tono parecido), líneas de bajo reminiscentes a Chris Squire, y casi un minuto donde parece haberse terminado todo, solo para volver a cerrar el disco de manera magistral, como no podía ser de otra forma.

Este es un trabajo de progresivo ambiental, romántico, lleno de quiebres, que no peca en ningún momento de excesos, no cae en ese tedio ambient de secciones larguísimas sin pay-off, no cae en excesos de virtuosismo o en pomposidades y a pesar de estar bastante inspirado en otros proyectos jamás se siente como un disco derivativo o poco original. Tiene el emblema característico de Airbag y un mensaje muy poderoso sobre el siglo del egoísmo. Recomendamos este disco a cualquier oyente de progresivo que esté dispuesto a embarcarse en un viaje emocional y plenamente equilibrado.

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